Cofradía

La incorporación de nuestra hermandad en la nómina de Hermandades y Cofradías de Jerez se produce en el año 2013.

El 12 de enero de 2013 la Agrupación Parroquial del Santísimo Cristo de la Sed es erigida como hermandad de penitencia por el Obispo D. José Mazuelos Pérez, en la Santa Iglesia Catedral junto a la queridísima Hermandad de San Rafael.

El 23 de marzo de ese mismo año, Sábado de Pasión, la hermandad realizó su primera estación de penitencia a la Iglesia de San Miguel. Estaba prevista la salida a 18:15 h, aunque se pospuso una hora por inclemencias meteorológicas, saliendo el cortejo a las 19:30 h. Tercera salida que se producía desde las instalaciones de UPACE Sur, al no contar la hermandad con una sede desde la que poderla realizar. El Santísimo Cristo de la Sed estuvo acompañado musicalmente por la B.C.T. del Rosario de Cádiz.

La hermandad ese año no procesionó con la túnica nazarena. Fue en el año 2014 cuando se estrenó la túnica nazarena en el cortejo.

Sábados de Pasión hasta el año 2018.

Nuestra hermandad, en los años comprendidos entre 2013 a 2018 ha venido realizando estación de penitencia en la jornada del Sábado de Pasión a la Iglesia de San Miguel, años que sin duda sirvieron para crear lazos de unión muy especiales con la Hermandad del Santo Crucifijo de la Salud, a la que nuestra corporación le tiene un grandísimo cariño.

Años en los que el Santísimo Cristo de la Sed regaló a Jerez momentos únicos en la subida de la Cuesta de la Alcubilla… en su paso desde la Plaza del Arenal hasta la Iglesia de San Miguel, donde se congregaba un gran número de personas para disfrutar de tan hermosas imágenes que para siempre quedaran grabadas en la memoria cofrade jerezana… la Cuesta de la Peugeot, donde el Señor asomaba desde la altura a toda la zona sur… imágenes y recuerdos que quedan en la memoria colectiva de nuestra hermandad.

Las salidas se realizaban a las 18:00 h, llegada a la Iglesia de San Miguel a las 21:00 h y entrada en la parroquia en torno a las 0:15 h.

En el año 2014 realizamos estación de penitencia desde nuestra nueva sede, la por entonces Parroquia de San Juan Grande y Nuestra Señora de la Candelaria que con mucho esfuerzo e ilusión se levantó en los terrenos de la zona sur, y desde entonces, esta es la sede canónica de la hermandad. También en el año 2014 se estrenó la túnica nazarena, que nos evoca a nuestra titular, Santa Teresa de Calcuta.

Durante estos años, el acompañamiento musical corrió a cargo de la B.C.T. del Rosario de Cádiz, binomio perfecto que sin duda dejó recuerdos para ambos, banda y hermandad, de gran valor sentimental.

Lunes Santo 2019

En la mañana del día 21 de marzo de 2018 se nos comunicó por parte de la Delegación Diocesana de Hermandades y Cofradías la noticia de que nuestra hermandad se incorporaría a la nómina de la Carrera Oficial en la Semana Santa de 2019, después de que en la Cuaresma de 2017 nos pusiéramos a disposición de nuestro Señor Obispo, Don José Mazuelos, para tal fin.

Sin duda fue un año lleno de júbilo, pues se hacía realidad una demanda de nuestra corporación. Todo comenzó a engranarse para que en la jornada del Lunes Santo del año 2019, el Santísimo Cristo de la Sed realizara su primera Estación de Penitencia a la Santa Iglesia Catedral. Año que nos dio además la posibilidad de realizar nuestra última estación de penitencia a la Iglesia de San Miguel de una manera muy especial.

15 de Abril de 2019

Y llegó el día. Llegó el día en que nuestra hermandad sería la gran protagonista en otro de los grandes capítulos de la Semana Santa de Jerez. A las doce en punto de la madrugada del ya Lunes Santo, curiosamente, sonaba “Al Amparo de tu Sed” tras el misterio de la Coronación de Espinas. ¿Casualidad o causalidad?

Los nervios estaban a flor de piel en aquella mañana que se hizo por momentos, larga, muy larga, amén de ver los primeros capirotes blancos entrar por las puertas de nuestra parroquia. Los hermanos escuchaban la misa preparatoria para una estación de penitencia que quedaría grabada en los anales de nuestra historia.

Las representaciones hacían sus correspondientes visitas a medida que el reloj iba acelerándose más y más rápido. Las gentes contemplaban al Señor entronizado en su paso de manera especial, diferente, sabiendo que el día que transcurría resultaría ser de ensueño. Y así fue. Tras unas horas de idas y venidas de prensa, políticos, cofrades y vecinos del barrio, las puertas se cerraron temporalmente para que, a eso de la una de la tarde; hora quizás intempestiva para muchos, empezaran a recibir a los primeros nazarenos de la cofradía.

La Diputación Mayor de Gobierno afinaba todos los últimos detalles para acomodar a los numerosos nazarenos que acompañaron al Santísimo Cristo de la Sed en su primera estación a la Santa Iglesia Catedral, el encendedor comenzaba a hacer su trabajo dando luz al nuevo paso de misterio, los costaleros recibían las últimas instrucciones del capataz, los niños aguardaban con nervios aunque ilusionados los momentos previos a la salida, la gente iba agolpándose en una avenida larga y grande para ver la salida de la que, a buen seguro, es la gran obra del onubense Elías Rodríguez Picón.

Al mismo tiempo que los hermanos rezábamos las preces en el interior del templo, los sones de las cornetas y los tambores granadinos se escuchaban ya al lejos. “Cruz de Guía y primer tramo formados”, dijo el Diputado Mayor de Gobierno. La cofradía se echaba a la calle en la calurosa tarde del 15 de abril de 2019. Los nazarenos fueron recibidos con uno de los cuantiosos aplausos que nos acompañaron a lo largo de toda la jornada. Se escuchó la llamada del equipo de capataces a toda la cuadrilla por las personas que no estaban con nosotros ese día, por los que nos faltaban y por los que ya estaban en la Gloria, junto al Padre. El Señor cruzó el dintel y la Marcha Real sonó. Cuántas lágrimas se derramaban bajo esos capirotes, cuánta emoción contenida en aquel momento. UPACE allí aguardaba, niños que nos vieron nacer en nuestros orígenes y que, años después, nos veían enfilar el camino para dirigirnos al Primer Templo Jerezano.

A ellos fue dedicada la segunda levantá del Señor en la calle. Nuestra hermandad discurría por las calles del barrio de manera sosegada, aunque sin pausa, para que, horas después, llegáramos al centro de la ciudad. Con el sol en lo más alto, la cofradía se adentraba en los rincones más encantadores de Jerez a un buen ritmo. Si bien este año dejaríamos de lado la calle Caballeros, para llegar por Consistorio y Plateros a la calle cofrade por excelencia.

Nunca nos imaginamos que, en cuanto a aspectos cofrades se refiere, íbamos a redescubrir uno de los momentos más destacados de nuestra estación de penitencia. Numerosas crónicas hacían referencia a este momento minutos, horas, días e incluso meses después, tras recibir incluso uno de los «Detalles Cofrademanía».

La pasión se sentía a raíz de los muchos corazones que latían de una forma especial tras contemplar lo que allí sucedió… y sobre todo, de lo que aún quedaba por suceder. La Cruz arbórea llegaba a Aladro mientras un caluroso aplauso atronador le recibió. Y se hizo realidad: a las 18 horas y 9 minutos de la tarde del Lunes Santo, la Hermandad Sacramental de la Santísima Trinidad, Trono de Misericordia y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Sed, Amparo de María Santísima y Santa Teresa de Calcuta solicitaba la venia al Consejo Directivo de la Unión de Hermandades para realizar por vez primera estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral.

Ya sonaban las campanitas de los niños que contagiaban ilusión, alegría, pero también compostura y saber estar en una ocasión que lo merecía. Desprecio de Herodes en la revirá del Santísimo Cristo de la Sed para entrar en Carrera Oficial. “Porque los sueños se cumplen”… palabras que a todos los presentes hacían poner los vellos de punta. Allí se encontraba el Orfeón Portuense para entonar el Canticorum Jubilo, canto que se ha convertido en todo un himno para nuestra hermandad. Entre una nube de incienso, el Señor de la Sed se acercaba poderosamente al palquillo, mientras que de nuevo la emoción era la gran protagonista en una plaza que estaba presenciando la historia viva de nuestra corporación. “Con el júbilo de los cánticos, cantando con nuestros recur­sos, alegraos, aplaudid.” Y el paso se detuvo mientras el cortejo se asomaba a Cristina y Larga. Don Enrique Soler, nuestro Enrique, hacía la primera llamada entre lágrimas al paso de misterio, y, a los sones de «Eternidad», como no podía ser de otra manera, la cuadrilla comenzaba a caminar portentosamente bajo más y más aplausos. La hermandad caminaba y la gente clavaba su mirada en sólo un punto: los ojos del Señor. Ancianos y niños que parecían estar viendo al mismísimo Dios llegar ante sí. Lección que de nuevo los más sabios, mayores y jóvenes, nos daban: todo lo demás es efímero cuando sólo importa Él. Casi sin darnos cuenta, habíamos alcanzado el lugar de destino, la Catedral.

El diputado de Cruz pedía puntual la venia, esta vez al Cabildo Catedral, para hacer la entrada en el Primer Templo. Un sueño hecho realidad. Seis años después de nuestra Erección Canónica, el Santísimo Cristo de la Sed pisaba de nuevo el suelo catedralicio, para realizar las preces de la estación de penitencia.

Caía la tarde y la cofradía buscaba ya nuestro barrio, nuestra casa, transcurriendo por otra de las partes del viejo Jerez de intramuros, el Arroyo. El Señor fue al cielo en el Reducto Catedral al toque de la llamada hecha por su tallista, y por Cruces y la Calzada, llegó al Arco. Numerosos fotógrafos realizaban sus instantáneas en otro de los instantes más bellos de la procesión. Un mar de nazarenos blancos transitaba por la Puerta de Rota para hacer su llegada a la Ermita, al Perdón, a una hermandad que merece tener un reconocimiento en esta memoria. ¡Cuán recibimiento más magnífico tuvimos! Sin duda, demostraron cristiandad, honradez y saber estar en nuestro paso por su calle.

El viento de poniente se calmó y toda la cera iluminaba las oscuras calles de nuestro barrio. El Lunes Santo iba llegando a su fin. Los nazarenos, aunque cansados, continuaban dando una auténtica lección de compostura a pesar de las nueve horas de estación de penitencia. Los monaguillos mantenían la misma fuerza que a la una de la tarde. Y los costaleros hacían de las suyas entre aplausos para adentrar al Señor en el parque. La gente, la mucha gente que nos acompañó en todo momento se apostaba en los alrededores de nuestra parroquia para ver la recogida del Señor. El que acaparó todo el protagonismo. El que se llevó todas las miradas.

Las grandes puertas de salida se abrían de nuevo. María Santísima del Amparo veía de nuevo a todos sus hijos entrar en su casa después de la grandiosa jornada vivida. “El Amor” sonaba mientras el paso reviraba al templo y encaraba a todo su barrio. Eran las 11 y 35 de la noche. La Sed culminaba la estación de penitencia. Canticorum Jubilo de nuevo al Señor. Alegría y emoción se palpaban en un ambiente de satisfacción y orgullo por todo el esfuerzo realizado. Los zancos se posaron en el suelo y, tras la bendición, se dio por concluida la estación de penitencia. Más lágrimas entre los hermanos y fieles presentes.

Todo se había cumplido. A la espera de un nuevo Lunes Santo…